La Semana Santa es una de las fechas más importantes del calendario religioso y también una oportunidad para compartir en familia en torno a la mesa.
Tradicionalmente, durante estos días, muchas personas optan por una alimentación sin carnes rojas, dando protagonismo a los pescados y mariscos, especialmente, dada la gran diversidad de productos marinos que conservan nuestras costas.
Pero ¿qué se recomienda comer y cómo elegir los mejores productos sin poner en riesgo la salud?
Sabores del mar para todos los gustos
Entre los platos más comunes de Semana Santa destacan el pescado frito, las empanadas de mariscos, los ceviches, las pailas marinas y guisos con almejas, choritos, locos o jaibas.
También son muy bien recibidos los platos con pescados como reineta, congrio, albacora o merluza austral, ideales para preparaciones al horno, a la plancha o en caldos.

Además, la gastronomía de esta fecha suele incluir otras preparaciones emblemáticas como el “sanguche” de pescado con chilena y/o pebre, el mariscal, el chupe de jaiba y los ostiones o machas a la parmesana. Las ostras y erizos también son una opción y, mejor aún, maridados con un fresco vino blanco del año.
De igual modo, si vives o visitas en estas fechas el sur de Chile, el curanto al hoyo y las preparaciones con mariscos frescos como erizos, almejas y picorocos son una experiencia culinaria única, muchas veces servidas en cocinerías familiares que conservan la tradición sureña.
Cómo elegir productos frescos y evitar intoxicaciones
Con el aumento del consumo de mariscos y pescados, es fundamental tomar precauciones al momento de comprarlos. Las principales recomendaciones de las autoridades sanitarias incluyen:
Comprar sólo en lugares autorizados y con cadena de frío visible, como pescaderías, supermercados o ferias fiscalizadas. Existen los locales con Sello Azul que garantizan dichos protocolos de seguridad.

Revisar la apariencia del pescado también es fundamental. Hay que poner atención a que este debe tener ojos brillantes, branquias rosadas, piel firme y olor a mar, no a descomposición.
Los mariscos deben estar vivos al momento de la compra, especialmente, los bivalvos como almejas, choritos y machas, y mantener una refrigeración constante, cocinando los productos completamente y evitando consumirlos crudos si no se tiene certeza de su procedencia o frescura.

De la misma forma, se recomienda evitar el consumo de productos de dudosa procedencia o que se vendan en la vía pública sin condiciones sanitarias.
Cómo evitar intoxicaciones
Camila Mazzucco, nutricionista y profesora en la plataforma Superprof, advierte que consumir pescados y mariscos en mal estado puede provocar intoxicaciones severas y que el consumo de mariscos contaminados puede estar asociado a toxinas que provocan efectos paralíticos, neurotóxicos o incluso amnésicos.
“La intoxicación por escombroides, por su parte, ocurre cuando el pescado no se refrigera a tiempo, lo que genera histamina y puede desencadenar síntomas similares a una reacción alérgica”, señala Mazzuco.
Frente a ello, la especialista explica que las intoxicaciones alimentarias pueden manifestarse a través de síntomas como fiebre, diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, calambres, deshidratación, cefaleas o síntomas neurológicos. Ante cualquiera de estas señales, es fundamental acudir rápidamente a un centro de salud.

Para reducir los riesgos de intoxicación durante esta Semana Santa, la nutricionista entrega recomendaciones como lavarse bien las manos antes y después de manipular alimentos, evitar el consumo de productos crudos. “Preparaciones como el ceviche no son seguras, ya que el jugo de limón no elimina bacterias ni parásitos”, menciona.
Asimismo, recomienda prevenir la contaminación cruzada utilizando utensilios distintos para alimentos crudos y cocidos, y evitando que los jugos de pescados o mariscos goteen sobre otros alimentos en el refrigerador.
Y, para finalizar, cocinar completamente los productos antes de su consumo, siempre que estos presenten colores vivos y un aroma fresco. “Si cualquiera de estos productos desprende un olor a amoníaco, agrio o rancio, es mejor descartarlos”, enfatiza Mazzuco.
Imagen portada: Mike Bergmann.
Por Caro Aliaga M. Artículo original publicado en Meteored.cl, adaptado para su difusión en comomegusta.cl