Qué rico es ir e instalarse tranquilamente en una cafetería.
Para mí, cumplen diversos propósitos, a diferencia de un restaurant, pues son esos espacios perfectos para un momento de introspección, leer un libro, trabajar, “copuchar” o ponerse al día en temas varios con alguna amig@, crear, comer rico, mirar la gente pasar, y muchos etc más.
Sin embargo, también están aquellas cafeterías de paso, unas muy afamadas y marqueteras, pero esas a mi no me hacen ni cosquilla, por lo que busco un lugar agradable, apacible y que ojalá sea muy nice, muy lindo.
EMPORIO LA AVISPA
Cafetería en sí no es, pero ofrecen un espacio y café de máquina para pasar el rato. Sinceramente, pasar unos minutos ahí fue un mero trámite.
La atención, ni amable ni mala, neutra, es decir, muy fome. ¿Por qué? Creo porque es autoservicio. Sin embargo, el ser autoservicio no debiera permitir que el servicio sea frío y lejano con el cliente.
Es importante reconocer que cuando el cliente tiene una buena disposición y tiene ganas y tiempo de estar en el lugar que sea, las personas que entregan el servicio, mínimo deben tener igual o mejor disposición. Aquí, no pasó.
¿Qué “disfruté” en este emporio? Un Marley Coffe, salvador, y un muffin de chocolate, el cual me serví en su patio.
En su Instagram @emporio.la.avispa aparece que lo atiende, al parecer, su dueño. Mas en esta ocasión me atendió una mujer.
El lugar tiene toda la intención de ser bueno, pero les falta aún.
CAFÉ IRLANDÉS
La fachada ya te invita a entrar. Dentro de la cafetería, también te entusiasmas a quedarte a disfrutar un cafecito o infusión. Mas tal fue mi sorpresa que este café también es pagar y llevar (café para llevar)
Como ya estaba ahí, hice mi pedido: un té matcha y un sándwich vegetariano.
Me senté en un lindo rinconcito afuera de la cafetería, esperando que me llamaran para retirar mi pedido, pero para mala suerte, tenían a un sujeto trabajando, produciendo mucho ruido y prácticamente corriéndome del espacio que escogí. Literal. Sugerencia: No habiliten una mesa en un lugar donde se está trabajando. Las cafeterías son espacios especiales, para mí, de tranquilidad, no de bullicio. O hacen los trabajos antes de abrir o al cierre.
Además, se equivocaron en mi pedido. La chica que me atendió, pidió propina, como lo hacen ya varios de estos lugares sin servicio de garzón, pero fue amable igual.
El @cafeirlandesoficial es bonito, chiquito, con ofertas y demases, pero la verdad, creo que no volvería ni recomendaría a mis amig@s que gustan de cafeterías donde uno va a pasarlo bien, y que no te pasen estos chascarritos, que aunque son “itos”, son importantes.
Y como es café para llevar, no sirven té ni café en tacitas. Algo práctico para ellos, pero no muy amable con el medio ambiente. ¿Reciclan? La verdad, no lo sé. ¡Sería bueno!
CAFÉ NUESTRO TIEMPO
Frente a la Plaza de Armas está esta cafetería a la cual no le tenía mucha fé.
Entramos con mucha hambre y cero expectativas, mas nos sorprendió gratamente.
Si bien el lugar podría mejorar en su estilo, la atención y las preparaciones que ofrecen están super bien. Además, el servicio es ágil y amable, y tienen una carta bastante variada y contundente.
Nos inclinamos por dos súper sándwich: uno italiano con mechada y otro con queso y mechada, ambos en pan focaccia, que me encanta, los cuales acompañamos con jugo de maracuyá y un té con teterita incluida.
La verdad es que me gustó mucho está cafetería. Lo único que mejoraría, es la onda del lugar a través de una decoración mas ad hoc. Y si bien, se inclinan por los objetos antiguos, una asesoría en decoración de espacios les ayudaría muchísimo. Todo entra por la vista, dicen.
DULCE HOGAR DULCE CAFÉ
Este lugar ¡me encantó! Debe ser porque amo los lugares estéticamente bellos, bien cuidados, con muchos detalles y, siendo repetitiva, que tengan onda. Pueden ser minimal, perfecto, pero con onda, ¿ok?
Su estética es la primera invitación que me hace una cafetería. Los otros, salvan el momento, al estilo Castaño o San Camilo.
Mas en @dulcehogar_dulcecafe me atendieron un 7. Las chicas fueron muy amables. Tiene diversos ambientes, todo muy lindo, bien cuidado y femenino. Su carta y opciones en torta son variadas y contundentes.
Está perfecto para darte una cita contigo mismo, invitar a nuestras mamás, ir con algún amig@, o coordinar una super reunión. Sentí que es muy íntimo e invita a quedarte harto tiempo para disfrutar sus delicias y el lugar en sí.
¿Qué pedí? Un trozo de tortota, la estrella de la casa, enorme, un dulce árabe y una infusión con tetera incluida.
También tienen un espacio para elegir ricos heladitos y sin la necesidad de quedarte.
Creo que también tienen una sucursal en Peñaflor por lo bien que les va. Me alegra.
Y yo, que soy un alma vieja, disfruto mucho darme mis tiempos y regalonearme, porque un tiempo de calidad una cafetería te lo puede entregar, pero no cualquiera.
De las cuatro cafeterías que nombré, tres de ellas están en calle Leyán, Talagante.
Texto e imágenes: Caro Aliaga M.
Imagen portada: Jean Louis Aubert.