Un equequo gigante, campanas, banderines, un león, letreros, sillas colgantes, una virgen de navío, maniquíes… Son sólo algunos de los elementos que te dan la bienvenida a un espacio singular en la hermosa playa de Totoralillo, en la Región de Coquimbo.
En la entrada, unos zapatos plateados de taco alto, una campana o una olla que puedes hacer sonar con un uslero, invitan a los visitantes a anunciar su llegada de forma espontánea. Así es el estilo único del restaurante familiar La Delfina, un verdadero tesoro culinario inaugurado por Aurora Castro y su familia en el 2019. A pesar de los desafíos como el estallido social, la pandemia y situaciones personales, La Delfina retomó su actividad en 2022, sorprendiendo a comensales locales, nacionales e internacionales.
Este restaurante se ha ganado la admiración de sus visitantes gracias a su amable y cariñoso servicio, su deliciosa y generosa comida, y un ambiente lleno de vida y recuerdos que te transporta a las décadas de los ‘80 y anteriores.
Una experiencia gastronómica inolvidable
Desde el momento en que cruzas el umbral de La Delfina, algo cambia. El aroma de la cocina chilena se mezcla con la música de la Nueva ola, tangos y clásicos anglo, que acaricia tus oídos. Cada rincón está impregnado de historias, colores y recuerdos que te envuelven en una atmósfera tan acogedora como la de un hogar amado.
Yamil, personaje que caracteriza al abuelo materno de Aurora, te recibe en su tienda ochentera e invita a contemplar la decoración, con muebles, cuadros antiguos, sitiales y detalles kitsch, que despiertan la nostalgia y una curiosidad infantil. No puedes evitar detenerte a observar cada objeto, cada detalle que Aurora, su dueña, ha conservado y elegido con amor. La experiencia es más que una comida; es un viaje en el tiempo, una inmersión en la memoria colectiva.
Aurora, con su calidez innata, comparte historias de su abuela Delfina, la inspiración que le da nombre al restaurante. Su herencia culinaria y pasión por la cocina se siente en cada plato, en cada sonrisa con la que recibe a sus comensales. Y su perseverancia la han hecho continuar con este hermoso sueño gastronómico hecho realidad, en una de las playas más hermosas de Chile.
Propuesta gastronómica
La carta de La Delfina destaca por su cocina chilena con especialidad en mariscos frescos de Coquimbo, 100% regionales. Además, ofrece preparaciones de cordero y cabrito, ideales para los amantes de la carne.
Desde pescados como albacora, palometa, pescados de roca, jurel y mariscos como machas y ostiones hasta opciones vegetarianas, el restaurante promete satisfacer a los paladares más exigentes. También destaca su creatividad en cócteles, con opciones como pisco sour y limonadas con sabores únicos.
«Las preparaciones que ofrecemos son las recetas de mi abuela. Yo la ayudaba cuando ella cocinaba. Si agrego lo mio para agregar crocancia, por ejemplo, pero las recetas e ingredientes son los mismos que ocupaba mi abuela. Asimismo, tengo instaurado en mi comprar siempre a los mismos distribuidores para asegurar la procedencia, con productos con mucha calidad», señala Aurora.
Qué degustamos
La experiencia comienza con una Empanada de cochayuyo (alga parda comestible), generosa en tamaño y sabor. El primer mordisco trae consigo la frescura del mar y la dedicación que caracteriza cada preparación. Destacar que es la empanada con mayor gramos que hemos comido, lo que fue impactante. Las Humitas, comida basada en el maíz y que se consume habitualmente en las áreas andinas, con su presentación delicada y su sabor suave, son un abrazo de tradición, acompañada con su infaltable ensalada chilena.
Para acompañar, un Pisco sour de lúcuma te transporta a los días despreocupados de la infancia, con su expresivo color naranja intenso, sabor dulce y textura aterciopelada. La Limonada de jengibre, servida en una botella estilo «Mi bella genio», invita a soñar y pedir deseos, además de entregarnos sus beneficiosas propiedades como calma y tranquilidad, perfecto para una jornada de almuerzo.
En los platos principales, el Cabrito tierno y jugoso con verduras salteadas, que se siente como una caricia al alma, acompañado de arroz y papas rústicas que completan un festín inolvidable. Por otro lado, el Madrugando en salsa nogada, con pescado del día, esta vez palometa, y un toque de jaiba, es una danza de sabores que deleita y sorprende tanto por sus sabores y por la cantidad.
Cuando todas estas preparaciones llegaban a nuestra mesa de manos de Giuliana, sobrina de Aurora, el momento se convertía en una fiesta, por permitirnos celebrar como niños tanta maravilla y generosidad culinaria, acompañada de una tierna y amorosa atención.
Qué encontramos
Para todos los gustos, La Delfina restaurant se encarga de dejar a todos contentos. Ofrecen platos estrella como las machas u ostiones a la parmesana; empanadas con chorito y también con queso de cabra y miel del Elqui; surtido de mariscos; costillar, cordero, cabrito y sobrecostilla; opciones vegetarianas y veganas; menú para niños-as y menú del día más postre, en su mayoría, con ingredientes y productos locales lo cual se agradece.
Y en vinos, diversas opciones en cepas, en botella y por copa. Lo mismo en espumantes, y alternativas varias en tragos tradicionales con y sin alcohol. Pisco sour en variedad de sabores como lúcuma, frambuesa, durazno, pepino e higo, limonadas y jugos naturales.
Para Aurora, es fundamental agasajar al comensal, a todos por igual y que queden con una buena experiencia del restaurant para recibirlos más de una vez.
Un espacio que sorprende
La decoración de La Delfina es un viaje al pasado. Desde ollas y utensilios antiguos hasta cuadros, ropa vintage y más, cada rincón tiene una historia que contar. Algunos de sus espacios destacados incluyen una mesa cama, una mesa tina y una peculiar roquería con una sirena.
También cuenta con secciones dedicadas a la venta de ropa vintage «El ropero de Aurora» y sureña, un enorme y colorido salón denominado “Inkrea” donde ofrece muebles restaurados y creados por Aurora y su marido, venta de cristalería, y mucho más.
Asimismo, para ingresar a sus salones ubicados en el segundo piso, debes entrar y salir del clóser, literalmente. Esta dinámica ofrece ya un entretenido momento que gusta tanto a grandes como a niños-as, reforzando lo lúdico que caracteriza a este lugar.
Cada espacio, cada rincón y cada elemento dispuesto en La delfina, es una joya y un tesoro que debes descubrir.
Cómo llegar
Totoralillo está a pocos kilómetros al sur de Coquimbo, a unos 10 o 15 minutos en auto. Puedes llegar en vehículo particular, Uber (aproximadamente $7,000) o microbuses desde el terminal de Coquimbo por sólo $1,500.
La Delfina es una joya culinaria que combina excelente y abundante comida, un ambiente excéntrico, maximalista y acogedor, y una hermosa vista al mar. Cada visita es una celebración de los sentidos y un homenaje a las raíces chilenas. Si visitas la Región de Coquimbo, no puedes perder la oportunidad de vivir esta experiencia única, degustar la cocina chilena, familiar y apoyar este tipo de espacios, únicos en su tipo.
Dónde
Parcela 4, Totoralillo, Coquimbo, Chile.
Horarios: Jueves a Domingo de 13 a 17 horas. Enero y febrero todos los días.
Instagram: @ladelfina_restaurant
Reservas y eventos especiales
Contacto: +56 9 7985 0697
Texto e imágenes: Caro Aliaga M.
** Este contenido fue patrocinado por La Delfina Restaurant.