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Puta Madre Restaurante:donde la cocina chilena se vive con identidad, memoria y sabor en Barrio Yungay

restaurant el puta madre

En una casona histórica, la que muchos consideran la más antigua de Santiago, re-nació Puta Madre, el restaurante-bar que funcionó como peña en Barrio Franklin por dos años y que hoy se transforma en uno de los puntos más vibrantes y auténticos del Barrio Yungay.

Su creador, Antonio Aravena o el “Tolo”, cocinero, bartender e investigador de la cultura popular chilena, ha construido aquí un refugio gastronómico con alma, donde cada plato y cada trago cuentan una historia.

Pero el tolo no sólo cocina. Es licenciado en Filosofía y especialista en filosofía del arte, camino que lo llevó a investigar profundamente la cultura popular chilena. Y esa investigación hoy se expresa en un restaurante cargado de identidad, sabores tradicionales y referencias a la memoria colectiva.

“Más que cocinero, me siento un investigador de la cultura popular chilena”, explica el Tolo, quien hoy administra el local, atiende la barra y dirige la cocina.

Un bar-restaurante con raíz: la historia detrás del nombre

El nombre Puta Madre no nació como una broma ni como un guiño irreverente. Era el apodo del abuelo del Tolo, Aurelio Riquelme. Un hombre de campo, “diablo y chucheta”, como él lo describe con risa, que lo llevó desde niño por las cantinas de San Antonio.

Esas primeras salidas fueron determinantes para entender el mundo popular, los sabores callejeros, los “copetes” de barrio y la esencia cantinera chilena.

La cocina del Puta Madre: chilena, sabrosa y con memoria

En Puta Madre Restaurante la cocina habla en chileno, sin disfraces ni pretensiones. Su propuesta rescata sabores reconocibles, recetas que apelan a la memoria colectiva y platos pensados para compartir, conversar y volver.

De martes a viernes ofrecen un menú fijo que se ha transformado en uno de sus grandes aciertos: entrada, fondo y postre, acompañado de cerveza, vino o jugo, por $7.900, una invitación honesta a comer bien, abundante y a precio justo.

La carta amplía este recorrido por la gastronomía chilena con clásicos que nunca fallan: empanadas fritas, sanguches contundentes, pichangas generosas y una selección de shops artesanales que dialogan perfecto con la cocina. A esto se suma una coctelería que combina referentes clásicos con creaciones de autor, pensada tanto para el after office como para largas sobremesas. Todo, en un ambiente donde la cocina no solo alimenta, sino que también cuenta historias.

Lo que degustamos (y lo que puedes probar en tu visita)

La experiencia en Puta Madre Restaurante se vive también desde la barra. Comenzamos con dos sours de autor que reflejan el carácter del lugar.

Viola Chilensis sorprende por su perfil fresco y floral, elaborado con Gin Arrayanes (de la casa) perfilado en té Oloong, Chardonnay y más;  mientras que Brisa Marina, un chardonnay sour que conecta directamente con el territorio: un sour elaborado con algas recolectadas por el Tolo en Isla Negra, que aporta notas salinas y un guiño directo al paisaje costero chileno. Coctelería con identidad, pensada para beber lento y con curiosidad.

Insuperables sour: Viola Chilensis y Brisa Marina. TOP.

En la mesa, los sabores se vuelven más intensos. Las empanadas de prieta, bautizadas con el provocador nombre “La mano que aprieta” son crujientes, jugosas y profundamente chilenas. El causeo minero, pichanga de pickles y arrollado de huaso, inspirado en la mina de Lota y la salitrera de Humberstone, es un plato cargado de relato y contundencia, que rinde homenaje a la cocina obrera y al comer compartido.

Para quienes buscan algo más robusto, el Chancho al hombro es un costillar tierno y lleno de sabor, acompañado de un puré de papa camote que equilibra y reconforta.

Importante es señalar que cada preparación está pensada para compartir, gracias a  su generosidad, sabrosura y para descubrir nuevas opciones de su propuesta 100% chilena.

En cervezas, los shop de Tamango Lager, fresca y fácil de beber, y la Zigurat Scotch Ale, más maltosa y profunda, está ideal para maridar con platos intensos. Y ojo con lo que viene: pronto se sumarán micheladas premium a la carta, ampliando aún más las opciones para quienes disfrutan de la cerveza con carácter y personalidad.

Con su ambiente chileno, su carta honesta y un creador que mezcla filosofía, arte, barrio e investigación cultural, El Puta Madre Restaurante  se ha convertido en un imprescindible del circuito gastronómico del Barrio Yungay.

Música, ambiente y colaboraciones que activan el barrio

En Puta Madre, la experiencia va más allá del plato. La música es parte esencial del relato: suenan clásicos y joyas de la música chilena como telón de fondo permanente, creando un ambiente cercano, reconocible y profundamente identitario.

Además, el restaurante organiza sesiones de música en vivo que transforman el espacio en un punto de encuentro cultural, donde comer y beber se mezclan con el disfrute colectivo y la energía del barrio.

A esto se suma el desarrollo de pop ups y colaboraciones gastronómicas que mantienen la propuesta en constante movimiento. Invitaciones a cocinas amigas, proyectos creativos y cruces con otros actores del mundo culinario y cultural convierten a Puta Madre en un lugar vivo.

Una propuesta pensada para comer, beber y volver, siempre con sabor a Chile.

Dónde:

Huérfanos 2897, Barrio Yungay, Santiago.

Instagram: @bar_restaurante_el_putamadre

Horarios: Martes a jueves de 12:00 a 00:00 hrs. Viernes y sábado de 12:00 a 2:00 hrs.

Reservas: +56921609725

Imágenes, texto y video: Caro Aliaga M.

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