En Valle de Elqui, tierra de magia y poesía, una mujer apasionada por la cocina decidió dar vida a un espacio donde el sabor, la calidez y la autenticidad son los verdaderos protagonistas.
En el 2019, en Vicuña, Yasna Olivier da vida a Cuoca, un restaurante familiar que celebra la esencia de la cocina italiana tradicional, 100% casera, elaborada con ingredientes frescos y, algo muy importante, mucho cariño.

El nombre del lugar tiene una historia simple y encantadora. “Cuoca significa cocinera en italiano”, explica su dueña entre risas. “Yo soy cocinera, y quise que el nombre reflejara eso, sin vueltas, sin pretensiones. Así de simple”.
Esa honestidad y sencillez son justamente las que se perciben en cada rincón del restaurante y, por supuesto, en cada plato que sale de su cocina inspirada por la nonna de Yasna, quien llegó desde Trento a La Serena en 1952, junto con muchas otras familias italianas que prosperaron estas tierras.
Sabores hechos en casa
Quien visita Cuoca no sólo va a comer, sino que va para sentirse como en casa. Y la propuesta es clara: todo es casero, fresco y preparado por la propia cocinera. Desde las pastas hasta las salsas (que también están en venta), cada receta busca rescatar el espíritu de la “nonna”, esa cocina lenta y amorosa que respeta los tiempos y sabores.

Yasna, quien comienza su rutina culinaria a partir de las 6:00 am comenta con orgullo y alegría “todo lo hago yo misma. Es un lugar totalmente familiar, muy acogedor, y quiero que la gente venga a disfrutar, a comer rico, a sentirse bienvenida”.
Esa conexión con lo auténtico se traduce en una experiencia culinaria cercana, donde el cliente además de degustar un plato comparte una o más historias.
Qué degustamos
La visita a Cuoca es una experiencia llena de sabor y cariño en cada detalle. En nuestra mesa se desplegaron preparaciones que reflejan el espíritu de la casa: platos hechos con tiempo, dedicación y una clara inspiración italiana.
Probamos una lasaña tradicional, con capas perfectamente equilibradas de pasta, salsa boloñesa y una mezcla de quesos que se fundían con cada bocado. Junto a ella, una lasaña de berenjenas con salsa de pesto conquistó a los paladares más curiosos: liviana, sabrosa y con ese toque artesanal que sólo da la cocina hecha en casa.


El momento dulce también es una verdadera celebración. El clásico tiramisú se presentó suave y aromático, con ese balance ideal entre el café y el cacao. Y, también un sorprendente dulce de reina con chocolate, una versión casera y golosa que combinó texturas y sabores de manera perfecta.


Para cerrar, nada mejor que una buena infusión y un café recién hecho, servidos con la calidez que caracteriza a este acogedor rincón de Vicuña. Una sobremesa simple, pero profundamente significativa, como todo en Cuoca: auténtico, hecho con amor y pensado para disfrutar sin prisa.
Una invitación desde el alma
Cuoca no pretende ser un restaurante más: es un espacio con alma, donde la pasión por la cocina se comparte a través del aroma de las pastas y risottos recién hechos y la sonrisa de quien sirve la mesa.
Como dice Yasna, ella es la carta, la cual recita con entusiasmo a todos sus comensales, ofreciendo lo que tiene disponible en el día, siendo sus preparaciones estrella: Lasagna Bolognesa, Melanzane allá parmigiana, Lasagna bechamel espinaca, Trilogía gnocchis, Risotto pomodoro, Risotto espinaca/pesto, Risotto espárragos, Carne arrosto, Conejo arrosto, Tortolas arrosto,Verduras salteadas, Canelones de carne, Canelones de espinaca, Conchiglioni Capresse, Conchiglioni berenjena y Ravioles de camarones, entre otras delicias.

“Los invito a venir, a conocernos. Les va a encantar”, dice su creadora, con la convicción de quien ha hecho de su oficio una forma de vida.

En un valle donde el sol, la tranquilidad y los productos locales marcan el ritmo, Cuoca se levanta como una verdadera joya gastronómica, siendo una cocina italiana totalmente casera hecha con corazón chileno.
Texto, imágenes y video: Caro Aliaga M.